No hay vampiros mucho más conocidos o icónicos que Drácula , el legendario conde vampírico que fue presentado por primera vez en la famosa novela de terror de Bram Stoker , publicada en 1897. El personaje no tardó mucho en dar el salto. a la pantalla grande, especialmente en la década de 1930 con la serie Universal. Sin embargo, la era del cine mudo también tuvo un par de películas de Drácula : una de 1921 que ahora se considera perdida y una adaptación no oficial en forma de la legendaria película Nosferatu de 1922 .
Pero cuando se trata de series icónicas que cuentan algún tipo de historia general que involucra a Drácula y los otros personajes de la novela, pocas son tan notables como la serie realizada por Hammer Film Productions. Hubo un total de nueve películas en esta serie estrenadas entre 1958 y 1974, y aunque no todas son clásicos absolutos, se combinan para contar una narrativa general interesante, en la que participan actores como Christopher Lee y Peter Cushing en la mayoría ( no en todas ) de las películas. Estas nueve películas de Drácula se clasifican a continuación, aproximadamente de peor a mejor.
‘Los ritos satánicos de Drácula’ (1973)
Una despedida mediocre
Los ritos satánicos de Drácula terminaron siendo la penúltima entrada en esta serie de Drácula de Hammer Film Productions, y había una sensación de que las cosas se sentían un poco jugadas en esta etapa. Como se estableció en la entrada anterior, los acontecimientos ahora tienen lugar en (lo que era entonces) tiempos modernos, por lo que hay un cierto factor de novedad al ver a Drácula causando estragos fuera de su contexto habitual (normalmente, a finales del siglo XIX).
La última película de esta serie tomó las cosas en una dirección aún más extraña, por lo que se puede argumentar que Los ritos satánicos de Drácula es la última película “tradicional” de Hammer Drácula . También destaca por ser la última vez que Christopher Lee apareció en una de estas películas, siendo su carismática e icónica interpretación de Drácula clave para el éxito de la serie. Si has llegado tan lejos en la serie, probablemente todavía valga la pena ver Los ritos satánicos de Drácula , pero en última instancia está lejos de ser genial.
‘Las cicatrices de Drácula’ (1970)
Al menos Christopher Lee está aquí.
Dado que esta era la sexta película de la serie, Scars of Dracula realmente dejó en claro que esta versión de Drácula estaba interesada en nunca permanecer realmente muerto . Aunque anteriormente había sido reducido a cenizas, todo lo que se necesita aquí es que la sangre de un murciélago entre en contacto con dichos restos, y el propio Drácula resucita con venganza, y esto naturalmente arroja al caos las vidas de los habitantes de una aldea cercana.
Aunque la película en su conjunto no es genial y puede parecer un poco complicada narrativamente con una sensación de repetición en otras áreas, al menos Christopher Lee aparece mucho en ella. Ciertamente hay mejores películas de Drácula que tienen éxito a pesar de que muestran menos al propio Drácula, pero por tener más escenas de las esperadas en las que Lee se suelta, Scars of Dracula es un reloj divertido, si no esencial, para los fanáticos de este tipo de terror. .
‘Drácula dC 1972’ (1972)
Un cambio radical
La séptima película de la serie Hammer Dracula fue una en la que quienes la hicieron sintieron una necesidad genuina de darle vida a las cosas (esto eventualmente sucede con la mayoría de las franquicias de terror de larga duración ). Como tal, la película toma la decisión bastante radical de ambientar las cosas, como sugiere el título, en 1972. Por lo tanto, el personaje principal, que suele aparecer en historias ambientadas aproximadamente 100 años antes, vuelve a la vida en el siglo XX. y trata este período de tiempo como una especie de nuevo patio de recreo.
Drácula AD 1972 tiene valor solo por esa premisa, y por el hecho de que ve a Drácula luchar contra los descendientes de su rival, Van Helsing, con Peter Cushing interpretando a Lawrence y Lorrimer Van Helsing, y Stephanie Beacham interpretando a la nieta de este último, Jessica Van Helsing . Es ridículamente divertido ver a Drácula en el Londres de los años 70, incluso si es descaradamente un concepto alto y ciertamente carece de sutileza (quizás también de sustos genuinos).
